lunes, 14 de marzo de 2011

Qué mas vendrá mañana?

Mi cabeza erguida, mis ojos bien cerrados… qué más vendrá mañana… me atormenta no saberlo, me enferma aún más no poder sacarlo de mi mente; quiero suponer mi muerte pero mi instinto grita para que sepan que aún existe.
Con una barra virgen de grafito, me inspiré y tracé parte de mis sueños; en un sendero, acompañado; bella imagen digna de una sana envidia; dichosos mis ojos que contemplaron lo sublime; desdichada mi presencia ante lo abrupta destrucción de mi gran ansia.
Ahora pienso, sin gloria escribo. Se consume y me consumo mi memoria y mi pasado. Creí olvidado pero lo tengo en frente; es muy duro y no comprendo. Los tiempos soplan, apoyan y estimulan las velas de aquellos navegantes que bien las icen, pero poco logran con los que permanecemos en tierra, solo pasa y pasa por un costado y por el otro, y yo sigo aquí, esperando. Desvanecerme sería la solución pero esa facultad no vino en mí dotada.
Nunca conté con que mi vida ya no existía sola; nunca pensé en que solo era un complemento; debí preverlo pero no lo hice. Sentí muy fuerte el golpe de aquella rabia que aún no entiendo, de aquella parte que no dio frente y solo quiso, pues sí lo quiso, hacerme daño, herir mi esencia. Yo solo espero por mí, por ya más nada; ya quiero salir sin arriar las penas… no se mañana, ni siquiera hoy; no se mis fuentes, ni donde voy.

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