martes, 1 de marzo de 2011

Aceptando esta historia.

Bueno, al fin, era hora. Reflexiones que van y verdades que no cambian. Quise apaciguar la bestia pero no puedo nadar en contra; quien nace bajo la cruz del sur debe de aceptar su origen y por sobre todo su identidad. Mi cuerpo se compone de acero y barro; pero mi voluntad esta corrompida. Dos son las opciones, resisto, respiro y acepto mi constelación, la que me vio nacer; o simplemente, bien, no cabe la otra opción.
Que la luna me indique el rumbo al anochecer, que Dios no se preocupe de quienes no somos la prioridad. Quiero comprender el estado de lo justo, ahora solo entiendo que no hay derrota sin hacer frente en una lucha. Meditación que me enriquece a la vez que me da asco; ya era tiempo, terminó, es ahora ya el momento de caminar libremente y con fuerza renovada, apretando bien los dientes, encarar mi infiel pasado.
Lo mejor de todo es que DESCONOZCO MI DESTINO, continúo en voluntad sin saber que habrá mañana; que en la niebla del ascenso y la confusión de mi descenso, sea la luz de mi locura la que mantenga mi cordura. Voy en ruta, paso a paso, con un guerrero a mi costado, ahora indigno y con coraje pero muy digno en mi sonrisa, al mirar el otro lado en donde afianzo mi pasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario