Sin tiempo para hacerlo pero que diablos, igual lo hago. Hoy temprano la sentí, tan real yo la soñé; es probable por presión, o las tantas cosas por hacer. Mi mente revolotea por un pequeño lapso de tiempo, se olvidó y seguido recuerda, que las cosas sucedieron y solo luego, amaneció.
Tal desastre tiene un nombre, que sin duda todavía pesa. Voz amarga de un despecho que aumenta aquel lamento.
Oh, ingrata historia, bien entiendo tu dilema; te la juegas o te vas; tú le apuestas por simpatía a un rencor que no ubica su origen, a un poder que sobrepasa tu entender. La ignorancia si es atrevida, lo reconoces mientras sonríes, es verdad aunque nos duela y por maldita intención de cuantos, hoy no explicas esta mierda.
Recuerda al caminante; una imagen ya gastada, de largas y someras noches, continuaba por su fe. Lo viste aquella vez, probablemente para para él , una tarde cualquiera más; magnífico, deslumbrante, tan humilde; sin ningún lujo ni carga inútil, recogiendo ramas del sendero, ¿con qué fin? Luego lo sabríamos. La magia es tan humana, como lo indican nuestros indignos ojos; el caminante no lo dijo, lo demostró con servil gracia, por convicción y don de gente. Serían tantas las ramas cuanto sus brazos pudieron sostener, y más atadas a su espalda; el caminante lo sabía, se conecta con su entorno, el vive alegremente, sin sonrisas pero alegre, aprovecha sabiamente la fantástica natura y de ella presta su valiosa esencia. No olvides que la noche se avecinaba espesa, que hace largo rato ya habíamos perdido el rumbo, y el tan nombrado caminante seguía su labor silente. Un relato que conozco… una vivencia que aún recuerdas, yo no puedo entregarlo al mundo que no admite más fracasos, solo cuento que el camino, no es camino sin caminantes. Que una vez yo presencié, una historia y un camino, que no cuento, que no puedo, pero todos han de vivirlo; es inmenso y te recoge, mientras sufres y padeces, te nubla y mal reaccionas contra uno de los pocos compañeros leales; luego pasa la tormenta, lo contemplas y todo es bello; ahora el mundo te sonríe, y tu recuerdo que no soporta, que tu verdad no es mi verdad, que lo que vives yo no lo vivo.
Y es que quiero preguntarte, con fecha actual y sin reparos; ¿Será que lloras si recuerdas?, la respuesta ya la sé; siendo yo un ser lejano, dejo claro mi sentir y tan simple como me encuentro, acepto que solo es un sueño. Un anhelo y mi gran ansia, son mi voz este momento; mi razón aún no entiende lo real de este suceso. Ahora el tiempo grita fuerte, que los hechos no otorgan gracias; dejan sí profundas vivencias y desechan a quien no lo nota.
Me cansé ya de ocultarlo; colapsé con mis recuerdos. Soy sincero, es lo que siento; al igual que aquel entonces; analizo mi carácter. Diferente y siempre el mismo, te dedico mis años vividos!
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